Futuro incierto

No quise ver ni oír el debate número dos entre D. José Luis Rodríguez Zapatero y D. Mariano Rajoy. Ya los conozco. Los he visto durante estos años discutiendo, debatiendo, dicendo verdades y mentiras y comprobando su coherencia política y moral o por el contrario, su incoherencia. Ya sé cual es la doctrina política de cada uno. Sé cuál es el programa electoral de cada partido: PP yPSOE. Yo soy liberal, conservador y de orden y por eso votaré al PP, a sus listas electorales tanto para el Congreso de los Diputados como para el Senado. No me gusta el progresismo, menos aún su versión degenerada llamada por Gustavo Bueno "Pensamiento Alicia". España necesita garantizar su unidad política y eso pasa por el enfrentamiento abierto y directo con los separatistas. España necesita una política exterior al servicio de sus propios intereses. España necesita una política militar rigurosa y firme. España necesita despolitizar al Poder Judicial, renovar al cuerpo de jueces y de fiscales y que los jueces sepan que ellos están también sometidos a la ley y que la prevaricación será duramente castigada. España necesita controlar la inmigración y expulsar a todos los indeseables. España necesita combatir la recesión económica con adecuadas medidas económicas. España necesita rebajar la presión fiscal sobre la clase media, que es la que soporta los lujos de los ricos sin pagar el IRPF y los lujos de los progres aumentando los aparatos de Estado con nombramientos discrecionales, nepotistas y arbitrarios, aparatos de Estado y consejeros que deben ser sufragados con las correspondientes subidas de impuestos. España necesita una instrucción pública exigente, rigurosa, excelente y desalojar a los progresistas de sus refugios educativos. Los pobres inteligentes tienen que poder avanzar y prosperar. El camino al talento debe estar abierto. No se puede tolerar que la enseñanza pública sea el refugio de los incompetentes, vagos, inútiles, predelincuentes, extranjeros y pobres.
Sin embargo, el futuro resulta incierto, puesto que la sola posibilidad del triunfo de Zapatero-PSOE desvanece toda expectativa optimista acerca del futuro de España. El acto electoral de votar, no deja de ser un acto azaroso, sometido a las leyes de la estadística, al abuso de la estadística, como definió Jorge Luis Borges la democracia.