El Tribunal Constitucional es una tercera cámara legislativa elegida por los políticos. Es un sufragio universal indirecto pues el que selecciona a los jueces políticos del Tribunal Constitucional. Legisla y sirve de tribunal de casación del Tribunal Supremo. Ahora resulta que los Albertos, unos ricos estafadores amigos del PSOE, de Felipe González Márquez y de Sarasola estafaron a los socios suyos de Urbanor unos 24 millones de euros. El Tribunal Constitucional ha dictaminado que no vayan a la cárcel por prescripción del delito cometido y que se queden asimismo el dinero robado. Votaron a favor de tal embeleco jurídico los jueces progresistas del PSOE. Es que para ser progresista hay que ser rico. No hay nada mejor que el PSOE para los ricos. El partido de los ricos, ladrones, estafadores, demagogos, pícaros, titiriteros, intelectuales, lumpemproletariado es el PSOE. Los Albertos, amigos del Rey y amigos del PSOE votarán, claro está, por el PSOE. Hemos asistido a otro nuevo síntoma de la corrupción del aparato judicial y de la podredumbre de las instituciones españolas. Ya se atropelló al juez Gómez de Liaño, ya tuvimos el fraude de la sentencia por los atentados del 11 de marzo de 2004. Ya tenemos el tercer caso de estafa jurídico-constitucional. Se trata de la impunidad de los ricos delincuentes. En España, la justicia es un cachondeo. Por los jueces españoles no ha pasado la transición política del franquismo al régimen democrático de 1978.
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