Cambios

Todos fuimos alguna vez progresistas, progres, filocomunistas, compañeros de viaje de todos esos vividores chiquiticuatres o chikilicuatres como se dice ahora. Estábamos embrutecidos por la propaganda progresista tan bien llevada y digna de la propaganda de la Komintern dirigida por Willi Münzenberg o de la de Joseph Goebbels, ministro de propaganda e ilustración popular del III Reich. Caímos en la vileza de no darnos cuenta de las implicaciones y consecuencias de tanta mentira, superficialidad e inconsistencia de semejantes representaciones. Fuimos cómplices de atropellos, embelecos y entuertos difíciles a día de hoy de reparar. Fue una cuestión de tiempo, lectura, reflexión, discusión, conversaciones, experiencias personales y políticas el cambiar paulatinamente y llegar al punto de vista correcto: Ser conservador, liberal y de orden, despreciar todo aquello como falso e inmoral, darse cuenta de que toda esa canalla no tiene nada que ofrecernos y sólo tiene que dañarnos en nuestros intereses sociales, económicos, morales y políticos. Las conversiones político-filosóficas son normales. Yo fui un progresista y ahora soy desde hace años un converso al pensamiento liberal, patriótico, nacional y estoy contento con la nueva posición ideológica por mí adoptada. Lo que lamento es no tener muchos compañeros de conversión, de cambio. Las caídas del caballo en el camino de Damasco son más bien escasas. De ahí la dificultad en revertir la infame situación de nuestra patria, España. Es cuestión de tiempo, 5-6 años el que se produzca la crisis de la propaganda progresista en España. He advertido que en Madrid la propaganda progresista no funciona ni cala tanto como en el resto de España. Aquí los progresistas se rompen los dientes contra las rocas del acantilado conservador, que permanece firme e impertérrito ante las asechanzas de las fuerzas disolventes progresistas. Es asombroso y digno de estudio y consideración por parte de los politólogos semejante fenómeno político. Si España tiene que cambiar y enderezar su torcido rumbo, eso tendrá lugar desde Madrid.